23 de agosto de 2007

Jurgen Habermas

Nació en Dusseldorf, Alemania, en 1929.
Estudió filosofía, psicología, literatura alemana y economía en la Universidad de Gotinga, Zúrich y Bonn, donde defendió su tesis doctoral sobre Schelling. De 1956 a 1959 fue ayudante y colaborador de Adorno en el Instituto de Sociología de Fránkcfort del Meno. En 1961defendió su habitación, centrada en el concepto de lo público (öffentlichkeit). Entre 1964 y 1971 ejerció como profesor en la Universidad de Fránkfurt, y se convierte en uno de los principales representante de la Teoría Crítica. De 1971 a 1983 se desempeñó como director en el Instituto Marx Planck para la "investigación de las condiciones de vida del mundo técnico-científico". En 2001 obtuvo el Premio de la Paz que conceden los libreros alemanes. En 2003 gana el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales.


En 1976 la teoría de acción comunicativa con la intención de lograr una reconstrucción del materialismo histórico. En 1981 su interés se centra en la filosofía práctica: moral, ética, derecho y justicia. La noción clave es la idea de "comunidad ideal de comunicación".
La variedad de los intereses y el rigor de sus planteamientos teóricos, juntos con la continua referencia y aprovechamiento de investigaciones de áreas diversas, lo revelan como pensador polémico. Su temática es tanto sociológica y filosófica como científica y política. Influido por Heidegger, Hegel y Lukács, se pone en contacto con los "temas de izquierda". Lee a Marx, Benjamin, Marcuse, Horckheimer y Adorno.

Por sus estudios en sociología entra en contacto con trabajos empíricos de comunicación de masa y sociología política, y con la obra de Durkheim, Weber y Parsons. En esa época escribe "Historia y crítica de la opinión pública" y Teoría y praxis", en un intento de proseguir el marxismo hegeliano y webeliano de los años 20. De forma simultánea se dedica a la filosofía del lenguaje y la teoría analítica de la ciencia. Considera al pragmatismo americano como una interesante propuesta para compensar las debilidades de las teorías marxista de la sociedad.
En 1976 recurre a la teoría de la comunicación para lograr una "reconstrucción" del materialismo histórico.

En 1981 publica su gran obra "Teoría de la acción comunicativa". Es una obra sociológica, una teoría global de la sociedad: el origen, la evolución y las patologías de la sociedad. Habermas abandona el programa de la filosofía de la conciencia o del sujeto y se ubica en el de la intersujetividad comunicativa o del entendimiento lingüístico. Desde este punto de vista, considera entre otras cosas que el modelo de acuerdo con el cual hay que pensar la acción social no es ya la única acción sujetiva orientada por fines egoístas de sujetos individuales, sino el de una acción orientada al entendimiento en el cual los sujetos coordinan sus planes de acción sobre la base de acuerdos motivados racionalmente, a partir de la aceptación de pretensiones.
En "El discurso filosófico de la modernidad" y en "El pensamiento de la pos-metafísico", Habermas refleja el debate que se instaura en los ´80 en los medios académicos. En el primero califica la llamada "Filosofía posmoderna" neoconservadora, y aboga por nueva apropiación crítica del proyecto moderno teniendo en cuenta problemas que la modernidad no resolvió. Concluye que lo agotado no es hoy la racionalidad moderna, sino el paradigma del sujeto o de la conciencia, y que "El espíritu moderno" sigue aún vigente en el vivir de la historia como proceso marcado por la crisis, en la actualidad como relámpago que alumbra difíciles encrucijadas y en el futuro como apremio de lo no resuelto. Mientras que en el segundo texto nombrado señala la necesidad de tomar en serio el prefijo "pos" y de tener en cuenta los motivos del pensamiento actual.

Desde 1981 en adelante se interés se centra en la filosofía práctica: moral, ética, derecho y justicia. En "Conciencia moral y acción comunitaria" y En moralidad y ética", de 1986, intenta fundamentar una ética en un universalismo normativo y afrontar así el escepticismo de nuestro tiempo.

Habermas confía en la estrategia de la "ética del discurso": el discurso representa una forma de comunicación en la medida de que su fin es lograr el entendimiento entre los hombres, por lo cual apunta aún más allá de las formas de vida singulares, es decir que se extiende a la ya mencionada "comunidad ideal de comunicación", que incluye a todos los sujetos capaces de lenguaje y acción.

Comprometido con el objetivo de asegurar la validez y no solo la vigencia de las normas éticas, del derecho y a la constitución fáctica de los estados democráticos, esta necesidad "moralizar" la política que supone confundir esferas diferentes: la pretensión de legitimación del derecho positivo no puede agotarse en la validez moral. Una norma jurídica es tal en la medida en que se agregan un componente empírico, el de su imposición a todas las personas por igual. Queda justificado así el poder político y sus instituciones, claro que generando nuevos conflictos derivados del contraste entre una idealidad deseada y una pragmática factibles.
Pensamiento.

Si bien su obra y pensamientos están fundados en la Teoría crítica de la Escuela de Franfurt, tiene profundas divergencias con sus maestros y presesores. Su trabajo se enfoca en las bases de la teoría social y epistemología, en el análisis de la sociedad industrial y capitalista avanzada. Otros temas importantes de sus análisis son la democracia y la primacía de la ley en un contexto crítico social evolutivo enraizado en la política contemporánea, Especialmente de la Alemania actual. Señala que los procesos tradicionales de la democracia no proporciona espacio para la toma de decisiones colectivas, pero las esferas publica se puede reformar promoviendo la participación de órganos comunitarios y grupos sociales, además los medios de comunicación pueden tener una participación fundamental en el fomento de la democracia. En su tesis Historia y crítica de la opinión pública da solidez al concepto de opinión pública y recupera la visión eminentemente democrática del mismo con su distinción entre opinión pública manipulada y opinión pública crítica.

Biografía en castellano

1962: Historia y crítica de la opinión pública.
1963: Teoría y práctica; Teoría y praxis. Estudios de filosofía social, ED. Tecnos.
1967: La lógica de las ciencias sociales, ED. Tecnos.
1968: Conocimiento e interés, ED. Taurus; Ciencia y técnica como ideología, ED. Tecnos.
1970: La lógica de la ciencias sociales.
1973: Problema de legitimación en el capitalismo tardío, ED. Cátedra.
1976: La reconstrucción del materialismo histórico, ED. Taurus.
1981: Teoría de la acción comunicativa: I. Racionalidad de la acción y racionalidad social, II. Crítica de la razón funcionalista, ED. Taurus.
1982: Sobre Nietzsche y otros ensayos, ED. Tecnos; Variedad y justificación
1990: Pensamiento posmetafísicos, ED. Taurus.
1998: Facticidad y validez. Sobre el derecho y el Estado democrático de derecho en términos de teoría del discurso, ED. Trotta.
1998: Más allá del Estado nacional, ED. fondo de la cultura Económica.
1998: Debate sobre el liberalismo político, ED. Paidós.
1999: La inclusión de otro. Estudios de teorías políticas, ED. Paidós.
1999: Ensayos filosóficos.
2001: El futuro de la naturaleza humana. ¿Hacia una eugenesia liberal?, ED. Paidós.
2006: Entre naturalismo r religión. Paidós. Madrid.

"La Teoría de la Acción Comunicativa".

"Teoría de la acción comunicativa". Obra publicada en 1981. Es una obra sociológica, una teoría global de la sociedad: el origen, la evolución y las patologías de la sociedad. Habermas abandona el programa de la filosofía de la conciencia o del sujeto y se ubica en el de la intersujetividad comunicativa o del entendimiento lingüístico. Desde este punto de vista, considera entre otras cosas que el modelo de acuerdo con el cual hay que pensar la acción social no es ya la única acción sujetiva orientada por fines egoístas de sujetos individuales, sino el de una acción orientada al entendimiento en el cual los sujetos coordinan sus planes de acción sobre la base de acuerdos motivados racionalmente, a partir de la aceptación de pretensiones.

La Teoría de la Acción Comunicativa". Reúne los variados cabos en un todo sistémico en donde "las intuiciones contenidas en su tricotomía original de los intereses humanos están conceptualmente transformados en un nuevo registro dentro del contexto de su teoría" (1).
Habermas expresa un modelo que accede a analizar la sociedad como dos formas de racionalidad que están en juego simultáneamente: la racionalidad sustantiva del mundo de la vida y la racionalidad formal del sistema (2), pero donde el mundo de la vida representa una perspectiva interna como el punto de vista de los sujetos que actúan sobre la sociedad, mientras que el Sistema representa la perspectiva externa, como la estructura sistémica (la racionalidad técnica, burocratizada-weberiana, de las instituciones).

El concepto de Mundo de la Vida, Habermas lo obtiene de la sociología fenomenológica, esencialmente de las teorías de Alfred Schütz, pero eso si, rompe con la fenomenología tradicional al abandonar las categorías de la filosofía de la conciencia con las que Husserl trata la problemática del mundo de la vida y sugiere representarnos a éste (el "mundo de la vida") como "un acervo de patrones de interpretación transmitidos culturalmente y organizados lingüísticamente"(3), con la adición de las ideas de G.H. Mead, (de quien debemos recordar su preocupación por el concepto del "acto" y el "símbolo" presentes en el Interaccionismo Simbólico al que él da origen) mientras que la idea de acción racional es claramente heredera de Weber y Parsons(4).

De esta forma Habermas elabora una síntesis entre la visión del que estudia a la sociedad como un conglomerado de sistemas complejos, estructurados, donde el actor desaparece transformado en procesos (sistema-racional-burocrático), y por otro lado, también incluye el análisis sociológico que da primacía al actor, como creador inteligente pero a la vez sumergido en la subjetividad de los significados del mundo vital. (5). Es más, uno no debe confundir sociedad con mundo de la vida (como en Husserl): la sociedad, dice Habermas, no es equivalente al mundo de la vida, dado que la sociedad es, a la vez, mundo de la vida y sistema (6).
El concepto de "acción"

Origina en el interés de varios movimientos filosóficos por el hombre como agente, y en la búsqueda de un conocimiento de la naturaleza y el contexto de la actividad humana, como naturaleza de la sociedad humana. "Hace referencia al nivel micro, a los actores humanos individuales, pero también puede hacer referencia a la actuación de colectividades (macro)"(7).
Podríamos decir que este concepto es un fruto de la Revolución Industrial; inicia a aparecer en Marx como "actividad productiva" e penetra en las ciencias sociales de los años 30 en Parsons ("La Estructura de la Acción Social") y en G.E. Mead y su concepto del acto (mencionado ya) en Mind, Self and Society. Hacia los 60, según Bernstein "una ojeada rápida a las revistas filosóficas y libros publicados en la década iniciada en 1960 revelaría que la naturaleza y significado de la acción, así como de los conceptos afines como intención, propósito, teleología, motivo, razones, etc. estaban en primer término en la discusión filosófica"(8) durante los años 80 sigue siendo un concepto importante para diversos sociólogos: en Giddens como "agencia" (referido a las instituciones), en Touraine (actores sociales) y en Habermas en la Teoría de la Acción Social, "De manera que la sociedad se concibe desde la perspectiva del sujeto en acción"(9).
Dice Habermas: "Llamo acciones solo a aquellas manifestaciones simbólicas en que el actor,... entra en relación al menos con un mundo (pero siempre también con el mundo objetivo)."(10).
Mundo de la vida y acción comunicativa.

Habermas contempla la acción comunicativa y el mundo de la vida como conceptos "complementarios". En definido, la acción comunicativa logra creerse como algo que ocurre dentro del mundo de la vida:
Por decirlo así, el mundo de la vida es el lugar trascendental donde se encuentran el hablante y el oyente, donde de modo recíproco reclaman que sus posiciones encajan en el mundo... y donde pueden criticar o confirmar la validez de las pretensiones, poner en orden sus discrepancias y llagar a acuerdos (Habermas 1987:126)
Habermas interpreta el mundo de la vida bajo las categorías del Humboldt, creyendo "una conexión interna entre las estructuras del mundo de la vida y la imagen lingüística del mundo"(11). El lenguaje y la cultura son constitutivos del mundo de la vida mismo.
En la práctica comunicativa cotidiana no hay situaciones absolutamente desconocidas. Incluso las nuevas situaciones emergen a partir de un mundo de la vida constituido desde un acervo cultural de saber que ya nos es siempre familiar. (12) Por lo tanto, no es posible huir del mundo de la vida:
"...los agentes comunicativos se mueven siempre dentro del horizonte que es su mundo de la vida; de él no pueden salirse"(13).
El acervo de saber del mundo de la vida provee, según Habermas, a los participantes de la acción de convicciones de fondo aproblemáticas, que más adelante darán lugar a los procesos de entendimiento. En otras palabras: si la acción comunicativa es posible, lo es sobre el horizonte aproblemático del mundo de la vida

El mundo de la vida constituye un "trasfondo moldeador y contextual de los proceso por lo que se alcanza la comprensión" mediante la acción comunicativa (204) Implica una amplia serie de suposiciones no expresadas sobre la comprensión mutua que ha de existir y de suposiciones que deben ser mutuamente comprendidas para que la comunicación tenga lugar.
Según Bernstein, "Habermas quiere hacer justicia a la integridad del mundo vital y a los sistemas sociales, y demostrar cómo cada uno presupone al otro. No podemos comprender el carácter del mundo vital a menos que comprendamos los sistemas sociales que lo configuran, y no podemos comprender los sistemas sociales a menos que veamos cómo surgen a partir de las actividades de los agentes sociales".

Otra forma de ver esta polaridad sociológica es a través del concepto de racionalidad, porque mundo vital y sistema representan a su vez dos formas distintas de racionalidad, Bernstein agrega, La síntesis del sistema y de las orientaciones del mundo vital se integra con la delineación que hace Habermas de las diferentes formas de racionalidad y racionalización: la racionalidad de los sistemas es un tipo de racionalidad deliberada-racional, la racionalidad del mundo vital es una racionalidad comunicativa".(14)

Habermas se preocupa por la racionalización del mundo de la vida porque implica una comunicación cada vez más racional en el mundo de la vida. Cree que cuanto más racional es el mundo de la vida, más probable es que la interacción esté controlada por una "comprensión mutua motivada racionalmente". Esta comprensión --el método racional para alcanzar consenso-- se basa en última instancia en la autoridad del mejor argumento.
El supuesto de la teoría de la acción comunicativa es que, existen tres mundos, los que constituyen conjuntamente el sistema de referencia que los hablantes suponen en común en los procesos de comunicación. El mundo externo alude a los mundos objetivo y social, y el interno al mundo subjetivo. Es decir que, para esta concepción, el hablante, al ejecutar un acto de habla, entabla una relación pragmática con:
1) algo en el mundo objetivo (como totalidad de las entidades sobre las que son posibles enunciados verdaderos); o
2) algo en el mundo social (como totalidad de las relaciones interpersonales legítimamente reguladas); o
3) algo en el mundo subjetivo (como totalidad de las propias vivencias a las que cada cual tiene un acceso privilegiado y que el hablante puede manifestar verazmente ante un público), relación en la que los referentes del acto de habla aparecen al hablante como algo objetivo, como algo normativo o como subjetivo.

El parlante y el oyente se deducen desde y a partir del mundo de la vida que les es común, (porque esta simbólicamente estructurado) sobre algo en el mundo objetivo, en el mundo social y en el mundo subjetivo. De manera que, entender un acto de habla, significa, para el oyente, saber qué lo hace aceptable (en cuanto a cumplir las condiciones necesarias para que el oyente pueda adoptar una postura afirmativa ante la pretensión que a ese acto vincula el hablante). De esta manera, la acción comunicativa se basa en el consenso simbólico (de allí su aproblematicidad) Sin embargo, no se está sugiriendo que todo acto de habla sea o deba ser a la vez verdadero, recto, veraz, adecuado e inteligible, sino que sólo se trata de establecer que todo acto de habla presupone tales pretensiones. Cuando alguna de ellas resulta problematizada se da lugar a una específica forma de comunicación: el discurso argumentativo, cuya función es restablecer la acción comunicativa entre los hablantes, resolviendo el cuestionamiento de una determinada pretensión de validez. (15)

La verdad, la rectitud y la veracidad, respectivamente, son los criterios de verdad. El mundo de la vida es el lugar trascendental en que el hablante y el oyente se salen al encuentro planteándose esas pretensiones de validez; es el horizonte de convicciones comunes aproblemáticas en el que se da la acción comunicativa. (16)

Volviendo brevemente a los criterios de verdad, se trata de que, para comprender el significado de una acción "dentro de una concepción de acción comunicativa" se implica, en principio, ser capaz de participar en la forma de vida en las que se encuentra incorporada esa acción. Sin embargo, para Habermas, esto no puede hacerse sin valorar, al menos implícitamente, los requisitos de validez que surgen dentro de esa forma de vida. Por tanto la comprensión no puede separarse de la valoración racional de la acción (17)... pero aquí ya nos estamos adentrando demasiado en lo que será materia de otro artículo.



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