SANTO DOMINGO.-
La Gerente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para el Departamento de Países de Centroamérica, México, Panamá y Republica Dominicana, Gina Montiel, consideró que el agro dominicano parece ser “el faro del desarrollo económico y social del país” y recomendó fortalecer y focalizar las áreas de apoyo al productor y a la transferencia tecnológica para su consolidación.
Montiel dijo que, precisamente, la inversión pública agropecuaria adquiere mayor importancia en la medida en que propicia generar más empleos y calidad de vida.
Explicó que el estudio sobre el gasto público agropecuario dominicano que realizaron los técnicos del BID no sólo va dirigido a comparar la inversión pública sectorial en relación con otros países, sino a que esta sea más productiva y eficiente.
La funcionaria del BID habló en el acto en el que el BID presentó el estudio sobre Gasto Público Agropecuario de la República Dominicana con la presencia, en la mesa principal, del representante en el país del organismo financiero, Manuel Labrado y Héctor Malarín, entre otros funcionarios de la entidad.
Por el país asistieron el viceministro de Agricultura Héctor Acosta, quien represento al Ministro de la cartera, Salvador (Chio) Jiménez; Muriel Alfonseca, directora ejecutiva alterna para República Dominicana del BID, y Alfonso Canto, viceministro de Economía, Planificación y Desarrollo, entre otros funcionarios. El estudio fue preparado por los consultores Héctor Peña, Martín Gurría y Mary Rodríguez.
LA INVESTIGACIÓN
En el estudio se plantea una discusión sobre las bases en que puede descansar la política agropecuaria dominicana, utilizando la metodología estandarizada de evaluación de políticas públicas en las que pretenden enmarcar posibles propuestas en base a los indicadores de apoyo al sector.
Indica que bajo un escenario de recensión económica mundial el Estimado Total a la Agricultura (EAT) en la Republica Dominicana en 2009 ascendió a RD 48,148 millones, unos US$ 1,341 millones. Este nivel de apoyo es equivalente a 2.9% del Producto Interior Bruto (PIB) del país.
“Así pues, el esfuerzo de apoyar al sector agropecuario aumentó respecto el 2008, cuando el apoyo total representó 2.4% del PIB. Estas cifras indican que el país mantuvo un esfuerzo proporcionalmente superiores apoyar a su sector que el realizado por la Unión Europea o los Estados Unidos, cuyos EAT son menores al 1 por ciento de sus respectivos PIBs”, señala.
Agrega que uno de los indicadores subyacentes más importantes es el Estimado de Apoyo al Productor (EAP) y señala que en el 2009, este indicador ascendió a 1,029 millones de dólares, lo cual equivale al 36.7% de los ingresos brutos anuales del productor dominicano. Al hacer una comparación internacional, se observa que este nivel de apoyo es relativamente más alto que la media de los países de la OCDE (22 por ciento)
El punto clave en estos estimados de apoyo es que no abarca pagos o subsidios fiscales, que es como tradicionalmente se entienden los apoyos al sector, sino que también incluye otros que por su naturaleza no son tan obvios, pero importantes por su alto impacto.
Entre los principales indicadores se encuentran el Apoyo Estimado al Productor (EAP), relativo a las transferencias directas de la sociedad dirigidas a un tipo de grupo de productores; Apoyo Estimado al Consumidor (AEC) o transferencias a los consumidores y Apoyo Total Estimado (ATE) relativo a las transferencias totales de la política agropecuaria.
Incluye, además, los subsidios a los consumidores y los apoyos con características de bien público, denominados servicios generales de apoyo indirecto al sector.
El método para llegar a las conclusiones de esta investigación sigue las directrices propuestas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y pone énfasis no solo en la evolución de los niveles de apoyo a la agricultura, sino en la importancia de las distintas formas de apoyo y su estructura como los mecanismos de apoyo a los precios de mercado, apoyos y presupuestos directos y servicios generales de apoyo a la agricultura.
El estudio se concentra en los años 2008 y 2009, período marcado por el incremento de precios más importante desde la década de los setenta y la alta volatilidad de los precios de los productos agropecuarios más importantes en los últimos veinte años, precisa un resumen ejecutivo del informe del estudio.
Se destaca la profunda crisis económico-financiera mundial iniciada en septiembre del 2008 y donde importantes socios comerciales de Republica Dominicana cayeron en recesión y se enfatiza que el país ha tenido que enfrentarse a desastres naturales derivados del denominado efecto climático y que han causado impactos negativos en las cosechas nacionales.
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