En
este país, la clase política, después que la elegimos, termina haciendo lo que
les da la gana. Es por eso que, de manera particular, me uno a aquellos que, de
manera pacífica, se juntaran el domingo en el Parque Independencia a
solicitar ser escuchado, a pedir que no se nos obligue a pagar por algo que no disfrutamos.
Ahí,
en el Parque Independencia, se juntará el millón de dominicanos que
no disfruta de un apartamento en la Torre del Progreso, el millón que recibe
más horas de apagones que de energía eléctrica, el millón que debe llegar a las
5 de la mañana a un hospital para ser atendido a las 3 de la tarde, el millón
que debe enviar a sus hijos a la escuela pública a recibir clases debajo de árboles,
el millón de indignados por los
profesores con sueldos pírricos mientras la Ministra de Educación se incrementa
el sueldo al doble, el millón que va a hacerse profesional a la UASD y corre el
riesgo de terminar como William Florián por exigir sus derechos y el millón que
no recibirá una canasta navideñas valorada en mas de 7 mil pesos, como esas de
la JCE.
En
cada región del país debe reunirse el millón de dominicanos que terminará
pagando el robo, el dispendio de los fondos públicos y la forma de vida
derrochadora de quienes nos imponen esta
reforma.
Así
como en el Parque Independencia se reunirá un millón de dominicanos,
también lo deben hacer en el Monumento de Santiago y en cada punto del país en
donde hallan dominicanos sinceros y que les duele lo que hace la clase política
con quienes los elige.
Basta
ya…
Carolin
Almonte.-