Adís Abeba
Mogadiscio

“El flujo sigue siendo continuo hacia Mogadiscio”, dijo Andy Needham, que trabaja para la operación del ACNUR en Somalia.
Tan sólo en julio 12.000 niños desnutridos han buscado ayuda en los centros de nutrición de Naciones Unidas de Mogadiscio, un 30 por ciento más que en el mes anterior.
No sólo aumenta la cantidad de personas del sur que huyen hacia la capital, sino también el número de refugiados que cruzan la frontera hacia la vecina Kenia.
El campamento de refugiados de Dadaab, en Kenia, uno de los más grandes del mundo, alberga actualmente a 393.000 personas. La mayoría son de Somalia, y siguen llegando más a diario, cuando el campamento tiene espacio para apenas 90.000.
Debido a la situación política en Somalia, en guerra civil, y a los insurgentes de la milicia Al Shabaab sigue siendo difícil hacer llegar la ayuda a las partes más afectadas del territorio. El grupo radical islámico impide a numerosas organizaciones de ayuda occidentales que trabajen en las regiones que están bajo su control. Por eso, las personas huyen del sur, ya que es más difícil acceder a la ayuda allí.
Sin embargo, el Comité Internacional de la Cruz Roja, que sigue actuando en el país, comenzó a repartir hoy 3.000 toneladas de alimentos, entre ellos arroz, legumbres y aceite, en Somalia. Con esta primera gran acción del año deben ser alimentadas 162.000 personas.
“Pero es muy difícil llegar a la región”, dijo la portavoz de la organización, Anna Schaaf, a dpa.
También al interior de África se están formando grupos para ayudar a los que pasan hambre. Sólo la iniciativa Kenyans for Kenya (Keniatas por Kenia) logró reunir en los últimos cuatro días alrededor de un millón de dólares estadounidenses. El dinero fue donado vía SMS.
Por su parte, Naciones Unidas afirmó hoy que la hambruna en dos regiones del sur de Somalia se está extendiendo a otras partes del país y renovó su pedido de 1.400 millones de dólares para asistir a las víctimas. La coordinadora para la ayuda de emergencia de la ONU, Valerie Amos, dijo hoy en Nueva York que se necesita una “respuesta masiva” por parte de la comunidad internacional.
Amos afirmó que la situación es “funesta y se está poniendo peor” en Somalia, Etiopia, Kenia y Eritrea, donde 12,4 millones de personas en total se ven afectadas por la sequía.
“A menos que demos una respuesta masiva, la hambruna se extenderá a cinco o seis regiones más (en Somalia)”, dijo Amos, quien agregó que “decenas de miles” de somalíes murieron y cientos de miles más pasan hambre.
Amos explicó que los países donantes prometieron 1.000 millones de dólares, pero las agencias de la ONU necesitan 1.400 millones de dólares más de forma inmediata porque la hambruna tiene el potencial de extenderse a más regiones en el Cuerno de África.
Sólo en Kenia, la sequía afectó a más de tres millones de personas, mientras el gobierno de Nairobi trata de llegar a las 800.000 personas más afectadas, la mayoría de ellas refugiados.
Amos indicó que la ONU tiene menos información sobre las condiciones en Eritrea porque las agencias de ayuda tienen menos acceso a ese país.
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