Reuters
WASHINGTON
El presidente Barack Obama va a revelar el miércoles su plan para comenzar la retirada de tropas estadounidenses de Afganistán, un primer paso hacia concluir una guerra de una década que es cada vez más impopular en Estados Unidos.
Obama anunciará en un discurso televisado a las 20.00 hora EDT (medianoche GMT) un plan que podría incluir la retirada para finales de año de hasta un tercio de los 30.000 efectivos adicionales que envió a Afganistán en 2010, posiblemente seguido por la salida del resto de esas tropas extra para finales de 2012.
El anuncio pondrá fin a semanas de especulación sobre la dirección futura de la participación estadounidense en Afganistán, casi 10 años después de los ataques del 11 de septiembre contra Estados Unidos que desencadenaron la guerra en la que Washington y otros aliados occidentales no han conseguido dar un golpe decisivo a los insurgentes talibanes.
Obama recibió recomendaciones la semanas pasada del general David Petraeus, el comandante saliente de las fuerzas estadounidenses y de la OTAN en Afganistán, con varias opciones para comenzar a retirar parte de los 100.000 soldados estadounidenses en el país a partir de julio.
El presidente se enfrenta a una serie de presiones contradictorias mientras trata de controlar el gasto del Gobierno en la guerra y detener las víctimas estadounidenses sin poner en riesgo los avances que sus comandantes dicen han logrado en el sur de Afganistán.
"Casi no hay una decisión que Obama pueda tomar que sea buena. Estamos en una crisis económica y esta es una guerra cara", dijo Robert Lamb, un experto en conflicto del Centro de Estudios Estratégico e Internacionales en Washington.
"Por otro lado, no podemos dejar un Afganistán que sea inestable (...) No sirve a nuestros intereses que nos vean como que salimos corriendo", agregó.
El secretario de Defensa, Robert Gates, y otros líderes militares han llamado a no realizar una salida precipitada. Retirar demasiadas tropas antes de que Estados Unidos pueda probar que dio un giro, dijo Gates, sería "prematuro".
Pero algunos en el Congreso, impacientes con una guerra que ahora cuesta más de 110.000 millones de dólares al año, están exigiendo una mayor reducción inicial.
El debate en Washington ha variado notablemente desde una incursión de fuerzas especiales estadounidenses que dio muerte al líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, en Pakistán el mes pasado.
Su muerte dio a los críticos de ambos partidos argumentos para sostener que el Gobierno de Obama debe limitar los objetivos estadounidenses en Afganistán, que continúa siendo desesperadamente pobre y con altos índices de corrupción.
Aunque Estados Unidos ha adoptado esfuerzos para alcanzar un acuerdo político con los talibanes, altos cargos han reconocido que un acuerdo de paz podría estar lejos en el futuro.
Obama es consciente de la falta de apoyo del público estadounidense para la guerra en momentos que considera su campaña de reelección para 2012.
Un sondeo de Pew Research difundido el martes indicó que un 56 por ciento de los estadounidenses están a favor de que las tropas de su país en Afganistán vuelvan a casa tan pronto como sea posible.
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