Por Luc Perrot
Cuarenta y cuatro personas murieron el lunes por la noche en el accidente de un avión Tupolev-134 que intentó un aterrizaje de emergencia en el noroeste de Rusia.
El birreactor de la compañía RusAir, que despegó de Moscú a las 22H30 locales, intentó aterrizar poco antes de medianoche en el aeropuerto de Petrozavodsk, la capital de la república rusa de Carelia, fronteriza con Finlandia, pero se estrelló en una carretera vecina.
"Cuarenta y cuatro personas han muerto y ocho han resultado heridas", indicó el ministerio de Situaciones de Emergencia.
Según las informaciones oficiales, 52 personas se encontraban en el aparato: 43 pasajeros y nueve miembros de la tripulación.
Los ocho supervivientes de la catástrofe fueron hospitalizados, todos por quemaduras. Siete de entre ellos se encuentran "en un estado extremadamente grave", declaró una portavoz del ministerio de Situaciones de Emergencia, Irina Andrianova, a la agencia RIA Novosti.
Un niño de nueve años y su hermana adolescente están entre los supervivientes, informó este martes el ministerio de Situaciones de Emergencia.
Anton Terejin, de 9 años, y Anastasia Terejina, de 14, están en la lista de ocho supervivientes publicada por el ministerio.
Un portavoz ministerial confirmó a AFP que los dos hermanos estaban hospitalizados en Petrozavodsk y que su madre, Oksana, falleció en el siniestro.
"El estado del chico es crítico. Ha perdido mucha sangre", declaró la ministra de Sanidad, Tatiana Golikova.
Su tío, que los esperaba en el aeropuerto de Petrozavodsk, tuvo una crisis cardíaca cuando vio el accidente, según Life News, por lo que tuvo que ser ingresado y operado.
Una azafata sobrevivió también al accidente, la única de los nueve miembros de la tripulación.
Los cadáveres de las víctimas quedaron esparcidos por la carretera, indicó una fuente aeronáutica a la agencia Interfax.
"La escena es horrible. Es una carnicería. El asfalto está lleno de cadáveres", declaró la fuente.
La televisión NTV mostró el martes por la mañana imágenes de fragmentos del avión carbonizados, desperdigados por la carretera.
Entre los fallecidos figuran un sueco, un holandés y dos ucranianos, así como una familia de cuatro personas que tienen la nacionalidad rusa y la estadounidense, según el ministerio ruso de Situaciones de Emergencia.
También murió en el accidente el árbitro de fútbol Vladimir Pettai, de 38 años, que en 2010 fue nombrado árbitro de la FIFA.
Las informaciones sobre las causas de la catástrofe eran de momento contradictorias.
Según las primeras informaciones transmitidas de madrugada, el aparato, en servicio desde hace 31 años, intentó aterrizar en la carretera ya que no pudo hacerlo en el aeropuerto de Petrozavodsk.
El accidente podría haber sido provocado por las malas condiciones meteorológicas, consideró el director del aeropuerto de Petrozavodsk, Alexei Kuzmitski, citado por Interfax. En el momento del siniestro llovía y una espesa bruma cubría la zona.
El director adjunto de la comisión nacional de investigaciones sobre accidentes, Alexei Morozov, citado por Itar-Tass, estimó que el accidente podría deberse a una avería en los sistemas de ayuda al aterrizaje del aeropuerto.
Pero según un responsable de la seguridad civil de Carelia, Nikolai Fedotov, citado por Itar-Tass, el avión podría haber cortado la alimentación de los faros al cruzarse con una línea eléctrica, estrellándose luego en la carretera vecina del aeropuerto.
Las dos cajas negras del aparato fueron halladas, según Interfax. El Tupolev 134 es un avión de entre 70 y 90 plazas según las versiones, fabricado entre 1966 y 1984 en la Unión Soviética.
El accidente es uno de los más graves de los últimos años para la aeronáutica rusa, tras el de un Tupolev 154 de la aerolínea rusa Pulkovo, que se estrelló en Ucrania en 2006 causando 170 muertos.
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