El Código Laboral Dominicano establece que cada dos años se revisen los salarios del sector privado y se consideren aumentos con los cuales hacerle frente al alto costo de la vida.
Hace varios meses, específicamente desde el primero de abril, debió hacerse el aumento salarial, sin embargo, a la fecha empleadores y empleados no han llegado a ningún acuerdo.
Resulta indignante la posición del empresariado dominicano de proponer el microscópico aumento de 15% sólo a aquellos trabajadores que devengan el salario mínimo, excluyendo a los demás asalariados como si estos últimos no tuvieran derecho a una mejor calidad de vida.
Ante semejante propuesta, es preciso preguntar ¿Qué haría una persona, cuyo ingreso sea el salario mínimo, con RD$ 45 más por día cuando el costo de la vida lleva una tendencia alcista sin indicios de detenerse?
Es justo que el aumento salarial se realice considerando la inflación, porque es seguro que a los empleadores sus retribuciones les alcanzan para cubrir sus necesidades más superfluas, mientras que a sus empleados, no les es suficiente para satisfacer las necesidades básicas.
Después de todo, todo sube, incluyendo las ganancias. ¿Y el salario qué?