13 de octubre de 2013

Escribir: ¿un arte difícil de aprender?

Por: Carolin Almonte.-
Fuente: Comportamiento lector y hábitos de lectura  CERLALC
Recientemente me he encontrado con varias publicaciones en distintos medios de comunicación, de circulación nacional, tanto impresos como digitales con un gran contenido de errores ortográficos.

Fuente: Periódico impreso de circulación nacional 

Fuente: Periódico impreso de circulación nacional

Cabe preguntarse ¿Cuál es la razón por la que se están cometiendo tantos errores gramaticales?, ¿de quién es la culpa? , es bien sabido que el sistema educativo nacional tiene grandes dificultades en el programa de enseñanza y la aplicación del mismo, pero no es menos cierto que individualmente no hacemos el más mínimo esfuerzo por mejorar la forma en la que expresamos nuestros pensamientos de manera escrita. 

Sacado de facebook

El constante uso de las redes sociales ha permitido en un sentido que nos deshabituemos a escribir correctamente por la rapidez con la que se quieren publicar los contenidos y la sustitución de una palabra por otra que según aseguran muchos “se entiende”. 

En la forma de escribir del dominicano se omiten los acentos, las H cuando es muda, las S, se sustituye una letra por otra, o en ocasiones, se coloca N en lugar de M delante de P y B una de las reglas gramaticales que primero se obtienen conocimiento en la educación normal. 

¿Por qué es tan difícil acostumbrarse a escribir correctamente?, regularmente esperamos que los programas computarizados de manejos de textos corrijan los errores que cometemos, pero resulta que esos programas son activados por humanos que podrían también cometer errores y programar cosas que no son correctas. 

Fuente: Periódico digital dominicano 
Aunque, resulta más difícil de comprender los errores gramaticales cuando los cometen profesionales que deberían ser el ejemplo a seguir de la población. Los errores cometidos por Profesores, por ejemplo, resultan casi imperdonables debido a que son los principales encargados de forjar en los estudiantes una correcta forma de escribir. El Periodista, que es el que plasma en una página impresa o digital los detalles de un hecho o evento determinado, es otro profesional que no debe darse el lujo de cometer errores gramaticales que en lugar de edificar confunden al lector, que erróneamente cree que quien escribió un determinado artículo lo sabe todo. 



Corregir los errores que se tiene al escribir o hablar es sencillo, pero en ocasiones resulta difícil para aquellos que no se habitúan a hacerlo, entre las técnicas recomendadas para solucionar el problema de la escritura se destaca la “lectura”. Leer es una actividad capaz de corregir ciertos hábitos del ser humano, el acto de leer solo edifica, claro está si se lee contenido edificante, aunque leyendo cualquier material algo vas a aprender. 

Fuente: Comportamiento lector y hábitos de lectura  CERLALC
Según un estudio publicado por Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe CERLALC República Dominicana tiene un 47% de la población que se confiesa lectora de libros, que en muchos casos tienen acceso a esos libros en las bibliotecas donde el 32% de la población lectora de libros lo hizo, lo que podría traducirse a que la mayor parte de los lectores de libros lo hacen porque es un requisito de algún plan de estudio al que es sometido y no precisamente porque tenga un interés hacia la lectura. En el caso de la población encuestada no lectora habitual de libros la República Dominicana cuanta con un 32% de la población. 

Fuente: Comportamiento lector y hábitos de lectura  CERLALC
Todos debemos hacer el esfuerzo de mejorar la forma de escribir tanto en la formación de aquellos que aun no están expuestos al arte de la escritura, para que cuando lo hagan puedan desplegar lo mejor de sí, como a aquellos que llevamos algunos años haciéndolo a que busquemos la manera de mejorar los problemas que nos aquejan. 

Todos somos responsables del problema que ocasiona una falta ortográfica. Quien recuerda el viejo cuento del rey que ordenó lo siguiente refiriéndose aun prisionero:
-Matadlo no, dejadlo vivo.
En cambio el escribano redactó:
-Matadlo, no dejadlo vivo.
¿No te gustaría ser el prisionero, verdad?

Por: Carolin Almonte.-